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jueves, 27 de noviembre de 2014

Noche...

Aun siento me da risa cuando la gente es capas de quejarse de lo que ocurre en sus vidas solo dando vuelta la cara a lo que les incomoda ver, como son capaces de apuntar con el dedo a quien vean diferente y aun así llamarse a si mismos "buenas personas" o en algunos casos "creyentes" aun siento que si no eres capas de levantarte por ti mismo después de caer no mereces vivir...

Es gracioso y hasta irónico, hasta hace unos días comencé a redactar las cosas que venían a mi mente cuando intento pensar cosas felices, sin embargo estas son cada vez mas difíciles de ver o encontrar... estas son a cada segundo mas agónicas, me siento algo patética escribiendo esto y mas aun publicándolo... lo soy, lo se... estoy en 3 año de Pedagogía en Filosofía, una carrera que tome en una universidad en otra ciudad, otra región... que me obligo a cambiar de residencia, me obligo a apartarme de mi casa, mis amigos y mi vida en general, siento es hipócrita de mi parte quejarme, jamas me ha faltado nada y no me considero tonta, he podido llegar hasta aquí, por algo debe ser, no? pero hoy mirando por la ventana, observando las estrellas ya no siento aquel sentimiento en mi pecho, aquel sentimiento de que todo lo que hago esta bien, aquel sentimiento de que estoy en lo correcto y en cambio solo me siento vacía, sola, abandonada por todo y por todos...

El orgullo me mantiene en pie, no permitiré nadie me vea caer, pero no se como he de sentirme cuando siento que por mas que estiro mis brazos intentando alcanzar algo mis manos siempre están vacías, tan vacías como mi alma...intento recordar la ultima vez que sentí calor en el pecho pero no lo puedo visualizar... 

En mi vida he aprendido muchas cosas; Si puedes ayudar a alguien, extiende la mano, todos necesitamos sentir somos importantes para alguien mas; Cuando llamas amigo a alguien debe ser para siempre no vale la pena si solo sera una fracción de tu vida; Mis amigos lo serán siempre sin importar a quien mas ellos llamen Amigo... Los humanos siempre estaremos llenos de sentimientos negativos... el traicionar siempre sera una opción... Haría lo que fuera por ayudar a quienes llamo amigos, pero si soy traicionada no me detendré hasta ver lagrimas de sangre en sus ojos... Y creo es aqui donde comienzo a quejarme de mi vida y lo sola que estoy, lo abandonada que me siento y como al pisar por primera vez Concepción me sentí grande, por primera vez en mi vida sentí que estaba tomando mi vida en mis propias manos hoy me siento tan sola aquí... aun cuando se que ahí personas a mi alrededor, brindándome apoyo y calor... siento que estoy sola y perdida... aun no me puedo encontrar... ya veo el cielo aclarando, creo se me esta haciendo costumbre estos días y realmente es hermoso... solo esperare el sol salir e intentare dormir, aun cuando se que al cerrar mis ojos y caer en la oscura inconsciencia las pesadillas inundaran y ahogaran mis sueños y los colores se perderán una vez mas hasta que el molesto sonido de la alarma de mi celular suene en mi oído  y este obligada a despertar a un nuevo día, lo desee o no, lo prefiera o no... o incluso si solo me he dormido cinco minutos antes como cada noche...

martes, 25 de noviembre de 2014

Aun es noviembre pero en el Mall ya se ven cositas de Navidad...


Cerecitas... ricas... en esta temporada comienzan a aparecer algunas de mis frutas favoritas....







Hoy en una ida al Mall del Centro Concepción,  a por un granizado, en el tercer piso me encontré con esto... realmente me encanto, adoro los adornos de navidad y realmente estos fueron preciosos...

por alguna extraña razón me encantan estas fechas y no, no es solo por los regalos... creo que es por que recordamos a nuestra familia, incluso aquellos con los que no hablamos muy seguidos...y todo parece ir mejor, aun cuando solo sea una noche...

lunes, 13 de octubre de 2014

Collar Pandora.

Collarsito de Pandora... Así hice el collar para el Cosplay de mi amiga... Pandora de saint seiya lost canvas.

Pandora de Saint Seiya Lost Canvas


Masilla para modelar.


Tamaño aprox. de cada colmillo, hechos a manito.

Asi van quedando.

Con una aguja de Lana perforarlo para pasar el elástico.

Asi van quedando mientras paso la aguja.

El total, 13 colmillos.

Ya armado; 13 colmillos y por cada uno 3 perlas negras (un total de 39).


Bien, en si solo hise los colmillos, lo demás solo lo arme; compre las perlas negras y elástico para collares...





viernes, 10 de octubre de 2014

Dia a Dia



HOLA!!! Como estaba aburrida y no he subido nada en un rato subiré unas fotitos que resumen lo que he hecho.


Collar; Rosario + vampire.

Collar de Pandora, 

Collar para una amiga, para un cosplay de Pandora.

Mazos Mitos y Leyendas. Un "Maestros de Armas" y un "Estampida" Edición Furia.

Soy la única que noto dice "vuerpo" y no "cuerpo"?

Mi amado mazo "Estampida" es el que mas me gusto ademas de ser el primero.

Y me corte mi amado cabello largo y ahora lo llevo asi.


Me termine cortando el cabello después de dudarlo un par de semanas... Ignorando el mechón rubio claro esta, tengo que teñirme el pelo. Un mazo nuevo; bueno dos. El clima mejora poco a poco aquí en Concepcion y tengo anteojos nuevos; aun me duele la cabeza con ellos, pero es solo el segundo día que los uso esi que igual normal.



miércoles, 27 de agosto de 2014

Tarde fría de ocio...

Hola! como hoy fue una tarde de frió, en un día totalmente nublado y me la pase hecha bolita... traeré esto hoy;

Cupcake que compre en el Mall del Centro en Conce... lo ame *¬*

Captura de pantalla de mi celular...
Los iconos los descargue con una app llamada Cocoppa

Otra captura de mi celular...


Captura de la pantalla de inicio de mi celular.

Mi equipo pokemon en el Pokemon Rojo Fuego...
jugado con el emulador en mi celular...

Mi equipo pokemon en el Pokemon Light Platinum...

sábado, 23 de agosto de 2014

Cuento antiguo...

Bien como hoy no sabia que subir traigo un cuento que ise hace tiempo.

Me encuentro en la tibieza de mi cama, intentando dormir, mas los ruidos provenientes del primer piso de mi hogar no me permiten conciliar el sueño. Me levanto y bajo lentamente los viejos escalones, el llegar el ruido cesa y posando mí mirada color miel en un espejo junto a mí, me veo de frente con un cuerpo de niña pequeña, temblorosa y asustada. Me observo en aquel espejo pero mi atención es atraída, casi robada por un horrible hecho. Mi madre llorando con su cuello apretado por aquel que se ase llamar mi padre… sus ojos perdían brillo al igual que su piel el color y los míos se inundaban de lagrimas, todo lo veo por el espejo aquel fatídico incidente imborrable en mi memoria… pronto aquel hombre nota mi presencia, sus ojos son tan profundos y su mirada perdida… veo como su reflejo se me acerca, aun sediento de muerte…corro asustada hacia mi antes abandonada habitación, hacia aquella fría cama…subo las escaleras lo mas rápido que me lo permiten mis piernas, mas veo como sin ningún esfuerzo de su parte se me acerca. Estoy en mi habitación solo alcanzo a cerrar la puerta, me quedo de pie frente a ella y retrocediendo lentamente abrazo mi oso de felpa, pronto la puerta cede y lo veo entrar, se ve calmo mas sus ojos me dicen lo contrario, al retroceder caigo torpemente…tengo miedo, que hago?... cada ves esta mas cerca y eso logra asustarme mas. Me toma del brazo con gran fuerza y me obliga a levantar, y pasando sus manos delicadamente por mi cuello como si tocara una débil flor, empieza a apretar fuertemente mientras corren tristes lágrimas por mis ojos y mi vista es nublada por ellas. Pronto este dolor desaparece y tibios brazos rodean mi cuerpo.

Me encuentro en la tibieza de mi cama, intentando dormir, mas los ruidos provenientes del primer piso de mi hogar no me permiten conciliar el sueño. Me siento en la orilla de mi cama y me intento levantar mas siento algo tibio intentando retenerme como un bebe aferrándose a los protectores brazos de una madre… intento ignorar los ruidos, me vuelvo a acostar, volver a dormir, ignorar todo rastro de realidad…                                                                                                                         


martes, 12 de febrero de 2013

Fotos RAMDOM

Foto Isaias y Carlos, mis hermanos.

Con mi hermanito mayor, Carlos.


Niko! mi primita y yo.

Puro Hueso! (creo debo hacerle la oz).

Bueno, hoy no sabia que subir y creo llevaba mucho sin postear algo, y aquí van fotos que me gustan de diferentes cosas, cosas que quiero.
Fotos con mis hermanos mayores, mi hermano y su mejor amigo, con mi prima y un hermoso peluche que me regalo mi tío Ricardo.


sábado, 15 de septiembre de 2012

Hermoso Cactus.

Resien comprado.





Bien para variar hoy también estoy de ociosa, pero… hace una semana y algunos días compre un CACTUS HERMOSO que según algunas fotos que vi es un Agave parryi, aun que no estoy completamente segura, pero me encanto! Y por ello planeo regalárselo a mi lindo Ενδυμίων.


sábado, 30 de junio de 2012

Ocio EXTREMO en dias de lluvia.

Un lindo Cintillo que ise.


Mismo cintillo desde arriba.


Me encanto esta foto.  ^ . ^


Bien... últimamente ha llovido mucho, por lo que subo algunas fotos que tome por ocio en estos días...  estoy algo aburrida… y aun no aprendo Lógica…

 Ενδυμίων te amo muchisimo.

sábado, 23 de junio de 2012

El Cuento del Lobo enamorado de Caperusita.

Ese día encontré en el bosque la flor más linda de mi vida. Yo, que siempre he sido de buenos sentimientos y terrible admirador de la belleza, no me creí digno de ella y busqué a alguien para ofrecérsela. Fui por aquí, fui por allá, hasta que tropecé con la niña que le decían Caperucita Roja. La conocía pero nunca había tenido la ocasión de acercarme. La había visto pasar hacia la escuela con sus compañeros desde finales de abril. Tan locos, tan traviesos, siempre en una nube de polvo, nunca se detuvieron a conversar conmigo, ni siquiera me hicieron un adiós con la mano. Qué niña más graciosa. Se dejaba caer las medias a los tobillos y una mariposa ataba su cola de caballo. Me quedaba oyendo su risa entre los árboles. Le escribí una carta y la encontré sin abrir días después, cubierta de polvo, en el mismo árbol y atravesada por el mismo alfiler. Una vez vi que le tiraba la cola a un perro para divertirse. En otra ocasión apedreaba los murciélagos del campanario. La última vez llevaba de la oreja un conejo gris que nadie volvió a ver. Detuve la bicicleta y desmonté. La saludé con respeto y alegría. Ella hizo con el chicle un globo tan grande como el mundo, lo estalló con la uña y se lo comió todo. Me rasqué detrás de la oreja, pateé una piedrecita, respiré profundo, siempre con la flor escondida. Caperucita me miró de arriba abajo y respondió a mi saludo sin dejar de masticar.
–¿Qué se te ofrece? ¿Eres el lobo feroz?
Me quedé mudo. Sí era el lobo pero no feroz. Y sólo pretendía regalarle una flor recién cortada. Se la mostré de súbito, como por arte de magia. No esperaba que me aplaudiera como a los magos que sacan conejos del sombrero, pero tampoco ese gesto de fastidio. Titubeando, le dije:
–Quiero regalarte una flor, niña linda.
–¿Esa flor? No veo por qué.
–Está llena de belleza –dije, lleno de emoción.
–No veo la belleza –dijo Caperucita–. Es una flor como cualquier otra.
Sacó el chicle y lo estiró. Luego lo volvió una pelotita y lo regresó a la boca. Se fue sin despedirse. Me sentí herido, profundamente herido por su desprecio. Tanto, que se me soltaron las lágrimas. Subí a la bicicleta y le di alcance.
–Mira mi reguero de lágrimas.
–¿Te caíste? –dijo–. Corre a un hospital.
–No me caí.
–Así parece porque no te veo las heridas.
–Las heridas están en mi corazón -dije.
–Eres un imbécil.
Escupió el chicle con la violencia de una bala.
Volvió a alejarse sin despedirse. Sentí que el polvo era mi pecho, traspasado por la bala de chicle, y el río de la sangre se estiraba hasta alcanzar una niña que ya no se veía por ninguna parte. No tuve valor para subir a la bicicleta. Me quedé toda la tarde sentado en la pena. Sin darme cuenta, uno tras otro, le arranqué los pétalos a la flor. Me arrimé al campanario abandonado pero no encontré consuelo entre los murciélagos, que se alejaron al anochecer. Atrapé una pulga en mi barriga, la destripé con rabia y esparcí al viento los pedazos. Empujando la bicicleta, con el peso del desprecio en los huesos y el corazón más desmigajado que una hoja seca pisoteada por cien caballos, fui hasta el pueblo y me tomé unas cervezas. “Bonito disfraz”, me dijeron unos borrachos, y quisieron probárselo. Esa noche había fuegos artificiales. Todos estaban de fiesta. Vi a Caperucita con sus padres debajo del samán del parque. Se comía un inmenso helado de chocolate y era descaradamente feliz. Me alejé como alma que lleva el diablo.


Volví a ver a Caperucita unos días después en el camino del bosque.
–¿Vas a la escuela? –le pregunté, y en seguida me di cuenta de que nadie asiste a clases con sandalias plateadas, blusa ombliguera y faldita de juguete.
–Estoy de vacaciones –dijo–. ¿O te parece que éste es el uniforme?
El viento vino de lejos y se anidó en su ombligo.
–¿Y qué llevas en el canasto?
–Un rico pastel para mi abuelita. ¿Quieres probar?
Casi me desmayo de la emoción. Caperucita me ofrecía su pastel. ¿Qué debía hacer? ¿Aceptar o decirle que acababa de almorzar? Si aceptaba pasaría por ansioso y maleducado: era un pastel para la abuela. Pero si rechazaba la invitación, heriría a Caperucita y jamás volvería a dirigirme la palabra. Me parecía tan amable, tan bella. Dije que sí.
–Corta un pedazo.
Me prestó su navaja y con gran cuidado aparté una tajada. La comí con delicadeza, con educación. Quería hacerle ver que tenía maneras refinadas, que no era un lobo cualquiera. El pastel no estaba muy sabroso, pero no se lo dije para no ofenderla. Tan pronto terminé sentí algo raro en el estómago, como una punzada que subía y se transformaba en ardor en el corazón.
–Es un experimento –dijo Caperucita–. Lo llevaba para probarlo con mi abuelita pero tú apareciste primero. Avísame si te mueres.
Y me dejó tirado en el camino, quejándome.
Así era ella, Caperucita Roja, tan bella y tan perversa. Casi no le perdono su travesura. Demoré mucho para perdonarla: tres días. Volví al camino del bosque y juro que se alegró de verme.
Así era ella, Caperucita Roja, tan bella y tan perversa. Casi no le perdono su travesura. Demoré mucho para perdonarla: tres días. Volví al camino del bosque y juro que se alegró de verme.
–La receta funciona –dijo–. Voy a venderla.
Y con toda generosidad me contó el secreto: polvo de huesos de murciélago y picos de golondrina. Y
algunas hierbas cuyo nombre desconocía. Lo demás todo el mundo lo sabe: mantequilla, harina,
huevos y azúcar en las debidas proporciones. Dijo también que la acompañara a casa de su abuelita
porque necesitaba de mí un favor muy especial. Batí la cola todo el camino. El corazón me sonaba
como una locomotora. Ante la extrañeza de Caperucita, expliqué que estaba en tratamiento para que
me instalaran un silenciador. Corrimos. El sudor inundó su ombligo, redondito y profundo, la
perfección del universo. Tan pronto llegamos a la casa y pulsó el timbre, me dijo:
–Cómete a la abuela.
Abrí tamaños ojos.
–Vamos, hazlo ahora que tienes la oportunidad.
No podía creerlo.
Le pregunté por qué.
–Es una abuela rica –explicó–. Y tengo afán de heredar.
No tuve otra salida. Todo el mundo sabe eso. Pero quiero que se sepa que lo hice por amor. Caperucita dijo que fue por hambre. La policía se lo creyó y anda detrás de mí para abrirme la barriga, sacarme a la abuela, llenarme de piedras y arrojarme al río, y que nunca se vuelva a saber de mí.

Quiero aclarar otros asuntos ahora que tengo su atención, señores.
Caperucita dijo que me pusiera las ropas de su abuela y lo hice sin pensar. No veía muy bien con esos anteojos. La niña me llevó de la mano al bosque para jugar y allí se me escapó y empezó a pedir auxilio. Por eso me vieron vestido de abuela. No quería comerme a Caperucita, como ella gritaba. Tampoco me gusta vestirme de mujer, mis debilidades no llegan hasta allá. Siempre estoy vestido de lobo.
Es su palabra contra la mía. ¿Y quién no le cree a Caperucita? Sólo soy el lobo de la historia.
Aparte de la policía, señores, nadie quiere saber de mí. Ni siquiera Caperucita Roja. Ahora más que nunca soy el lobo del bosque, solitario y perdido, envenenado por la flor del desprecio. Nunca le conté a Caperucita la indigestión de una semana que me produjo su abuela. Nunca tendré otra oportunidad. Ahora es una niña muy rica, siempre va en moto o en auto, y es difícil alcanzarla en mi destartalada bicicleta. Es difícil, inútil y peligroso. El otro día dijo que si la seguía molestando haría conmigo un abrigo de piel de lobo y me enseñó el resplandor de la navaja. Me da miedo. La creo muy capaz de cumplir su promesa. 


Un hermoso cuento que alguna vez alguien me conto.

Ενδυμίων te amo muchisimo.

viernes, 22 de junio de 2012

Audifonos Magnet (proceso).

Cortando la GomaEva.







Mi cama, con todos los materiales ensima.
El piso de mi habitación... lleno de picadillo de materiales.


Mi trabajo fabricando los audífonos de Magnet... bueno haciendo los de Ενδυμίων; hice un trabajo similar, lastima no tengo fotos del proceso de ellos... pero bueno, me gusto mucho hacerlos...

Ενδυμίων te amo mucho.