Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto ; cuando
te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una
cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj,
que lo cumplas muy felices y esperemos que te dure porque es de
buena marca, suizo con áncora de rubíes ; no te regalan solamente
ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo.
Te regalan - no lo saben, lo terrible es que no lo saben -, te regalan
un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo
pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa
como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan
la necesidad de darle cuerda todos los días, te regalan la obsesión
de atender a la hora exacta en las vitrinas De las joyerías, en
el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el
miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo
y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca
mejor que ellas otras , te regalan la tendencia a comparar tu reloj
con los demás relojes. No te reglan un reloj ; tu eres el regalado,
a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Hoy recordé esto... y lo busque, es algo que alguna vez una amiga me dijo, ya que pensábamos en que en momentos yo suelo llegar tarde y en otro temprano, un pequeño atraso no es del todo malo, no?
El tiempo es subjetivo pero aun así nos obsesionamos por atar a los demás a nuestro propio tiempo a nuestra propia forma de medirlo o sentirlo correr... considerando nuestro tiempo valioso y que es un pecado desperdiciarlo a causa de otro... Así como también siempre la veía a ella atada a un pequeño y delicado reloj que le decía a que hora volver a que hora debía hacer o dejar de hacer algo...